Recientemente, se ha iniciado un innovador ensayo en Guaymallén, Mendoza, para combatir el aumento de casos de dengue. En este experimento, se han liberado mosquitos genéticamente modificados de color rojo con el objetivo de frenar la proliferación del Aedes aegypti, el mosquito que transmite el virus del dengue.
¿Qué son los mosquitos rojos?
Los «mosquitos rojos» son una innovación biotecnológica creada para interrumpir el ciclo reproductivo de los mosquitos que transmiten el dengue. Están genéticamente modificados para que, al copular con hembras silvestres, su descendencia no sobreviva. De este modo, se busca reducir la población de mosquitos capaces de transmitir el virus.
El proceso se basa en una técnica llamada autocontrol biológico, que busca manejar plagas sin recurrir a insecticidas dañinos para el medio ambiente. Estos mosquitos no pican ni transmiten enfermedades, y son fundamentales para detener la propagación del dengue.
¿Por qué no hay que matarlos?
A diferencia de los mosquitos convencionales, estos no transmiten enfermedades, lo que significa que no representan una amenaza. Son esenciales para controlar la expansión del dengue. Si se eliminan, se interrumpiría su impacto positivo en la reducción de la población de Aedes aegypti, lo que podría llevar a un aumento en la transmisión del virus.
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